Sol Guillón: “La creatividad es inherente al ser humano, se puede potenciar, desarrollar y también encausar según los intereses individuales. El proceso creativo es lo que más me interesa, para mí, requiere de disciplina, de rigor, de interés y método, pero como (gracias a Dios) somos todos únicos e irrepetibles, la diversidad también influye en este aspecto de manera individual”.

Luis Hernán Herreros: “La creatividad puede convertirse en tu sello, por ejemplo; la capacidad de proponer un ángulo diferente en la toma, el revelado o edición posterior. Sin perder de vista el contexto, que parece obvio, pero no lo es. Si un cliente te pide hacer una foto de su producto, existe un briefing de marketing, y es en función de esa información fundamental que vas a fotografiar, iluminar, hacer la pre producción, etc., y después viene la propuesta del fotógrafo, quien, como parte de su proceso creativo, interpreta el brief y hace sugerencias para lograr el propósito solicitado, a través de un lenguaje estético-técnico diferente.
Tanto la creatividad como el proceso creativo, en el marco de la fotografía por encargo o comercial, no es casual, al azar o producto de una volada. Puede sonar raro, pero se trata de una creatividad acotada (por el briefing). Es ahí donde sacas tus alas y el potencial de proponer ángulos, luces, guiones… en beneficio del mensaje de la campaña.
En la fotografía personal también sucede lo mismo. Si te propones hacer fotos de tus hijos rodando duna abajo… vas a necesitar una duna y una hija o hijo que quiera lanzarse. Esa foto la puedes tomar de arriba, de lado o desde abajo. Conseguirás lo mismo de diferentes ángulos pero la sonrisa y su carita llena de arena, la verás si te pones duna abajo. Eso no quita que “solo obtures”, pero con una mínima planificación puedes lograr resultados que sorprenden.
La fotografía es una mezcla de espontaneidad, observación, luz, sombra… Muchas veces recorro las laderas de los cerros donde vivo y no voy con una idea fija, si no con varias; voy expectante. Sobre todo si veo cóndores en el cielo volando a baja altura. Procuro entonces no moverme tanto ya que no comen carne fresca, viva. Son carroñeros. Me hago el muerto con los ojos bien abiertos y la cámara ya preparada”.

Sol Guillón: “Me influye mi historia personal y también las circunstancias que estoy viviendo como parte de una humanidad testigo del momento. Tuve una educación basada en el pensamiento crítico y por eso cuestiono, me gusta dar testimonios de mi opinión, y como hablar no es mi mejor manera de expresarme, lo hago a través del arte. Para crear una escultura utilizo la sucesión de planos, que arman un total, una especie de extrusión, pero donde cada plano aporta una novedad en la lectura del total. Me gusta sacar lo superfluo y quedarme con lo esencial de las formas, por eso la abstracción geométrica es mi gran aliada. El uso del color es el otro puntal en el que me afirmo”.

Luis Hernán Herreros: “Se trata de mi oficio y hobby al mismo tiempo, entonces de forma simultánea me alimenta el alma y pone el pan sobre la mesa, desde hace más de 37 años. Y desde el inicio esa pasión sigue, no ha cambiado. Soy fotógrafo. No predico ni evangelizo acerca de la sobre o sub exposición, pero cuando me preguntan cuento una historia, lo que antecede a la captura, porque siempre hay un antes, durante y después. En ese relato es donde traspaso mi experiencia a quien no sabe, sabe poco o tiene un gran interés por aprender. La fotografía surge como una instantánea en mi cabeza que es capturada, una polaroid de la observación y contemplación”.

Sol Guillón: “¡Anímense! El arte nos conecta con lo mejor de nosotros; busquen expresar una idea, emoción o sentimiento, sin buscar un resultado estético concreto. Busquen los materiales que más les acomoden, no se compliquen con la técnica, disfruten el proceso y sorpréndase con el resultado”.

Luis Hernán Herreros: “Hay muchas formas de vivir y participar, de manera directa o indirecta en la sociedad que nos tocó vivir; tienes un rol en lo que decidas, creando una trayectoria de éxitos, fracasos o invisibilidad.
Durante la pandemia y el confinamiento, así como hemos comido más pan, el consumo de cultura a través de películas, libros o canciones se ha disparado. La cultura no está muerta: surgen recitales, obras de teatro, conversatorios y lanzamientos de libros vía streaming.
Dicho esto: participar en un concurso es hacer visible lo invisible. El mejor ejemplo es el del matemático Benoit Maldenbrodt, creador de los fractales. Él decía que muchas formas de la naturaleza podían ser descritas de forma matemática como “fractales”. La palabra la inventó él para describir formas fragmentadas o aparentemente irregulares que se repiten una y otra vez. El resto es historia, con la llegada de los computadores la geometría fractal permitió crear programas y diseños. Un diseñador que trabajaba en la Boeing (empresa que diseña, fabrica y vende aviones) dejó su trabajo para unirse al director de películas George Lucas (Star Wars) creando universos llenos de relieves gracias a la geometría fractal.
Maldenbrot veía cosas que nadie había visto o reparado y el campo de la ciencia, así como sus colegas matemáticos se rieron de él. Las fórmulas matemáticas las veía como imágenes. No le daban trabajo como profesor; ¡le decían que tenía talento pero que estaba confundido! En 1958 entró a IBM (creadores de computadores). IBM en esa época buscaba pensadores creativos, inconformistas incluso rebeldes, como Mandelbrot. Incluso, diseñadores de ropa en los 80’s confeccionaron ropa con las figuras de los fractales, fue toda una moda..
¿Cómo dejar oportunidades cuando ves o se te ocurre algo diciendo “¡Nooo! Es idea mía… Solo me interesa a mí… Es solo mi imaginación”?