Loretto Meneses (34) fue diagnosticada con cáncer de mama, vive en Concepción y comenzó el 2018 a participar, de diversos talleres de Camina Contigo, siendo el Taller de Arte terapia el último en el que ha participado en este año. Loretto comenta que para ella participar en estos talleres:
“Ha sido súper bueno, porque cuesta un poco que te entiendan cuando pasas por un cáncer, porque si la gente no lo vive no lo alcanza a dimensionar, cómo nos cambia a nosotros no sólo físicamente sino que también emocionalmente. Entonces estar en los talleres es estar en un espacio seguro donde todos hablamos el mismo lenguaje, donde nos acompañamos y somos una familia, yo aún tengo contacto con compañeros de talleres del 2018”.

Otro testimonio es el de José Raúl Gomez (58), quien actualmente vive en Puerto Cisnes de la región de Aysén, el año 2018 fue diagnosticado con un cáncer de mama, y con el tiempo decidió integrarse al Programa Consalud Camina Contigo y participar del Taller de Poesía fue al primero que se inscribió y que recuerda:
“Lo pase estupendo, eran días que yo esperaba con ansias, porque se daba una comunicación entre quienes participábamos que era muy especial. Además, en su perspectiva de Camina Contigo, “te ayuda mucho a tu salud mental, algo que es súper importante cuando pasas o pasaste por una enfermedad como el cáncer. Para mí fue renovador y me hizo sentir acompañado”, expresa el capitán de navío de Puerto Cisnes.

Por otra parte, Cecilia Caro, desde Concepción, también ha participado de diversos talleres, pero “el que más me ha gustado es el de canto”, comenta Cecilia. Desde su participación en distintos talleres, Cecilia piensa que “para mí fue un aprendizaje, lo vi como un regalo para hacer las cosas que me gustan hacer”.

María Elena Reyes (62) vive en Santiago y también ha participado en varios talleres de Camina Contigo, porque para ella es “sentirse acompañada, no te sientes sola, es una contención que te dan en los talleres y el programa, en todo sentido. Me han ayudado mucho, me dejan muy bien anímicamente”.

Igualmente, Teresa Jara (69) desde Viña del Mar nos comenta que, desde su experiencia, lo que a ella le gustó fue que “te escuchan, uno termina haciéndose amigos, te apoyan. Es un instancia de encuentro muy bueno, no ha habido ningún taller del que me arrepienta de participar”.